domingo, 17 de junio de 2012

nuevo inicio

tu palabra más clara tu pensamiento más alto tu sentimiento más tuyo tu rabia más encendida tu claridad más perfecta tu dignidad más única tu presencia más victoriosa tu principio de patria tu noción de justicia tu vida la gota de agua que se queda al final de cada planta son tus herramientas y las mías cada paso es nuevo ahora una vez despertamos de entre los muertos Gustavo Enrique Orozco sexto mes del año dos mil y doce viajeros: el taller se llama el lenguaje de la posibilidad, porque su intención es que, mediante el ejercicio de la literatura: su apreciación y su vértigo, cada uno de los integrantes podamos encontrar nuestra propia voz; para así poder decir, de nuevo, con nuestras propias palabras, si no exactamente a eso que tanto añoramos nombrar, que se acerque profundamente, con nuestras propias palabras, nuestros propios acercamientos al mundo se trata de trabajar durante 64 sesiones, durante las cuales recorreremos algunos pasajes de la historia de la poesía hispanoamericana y diremos cosas muy interesantes sobre muchos otros autores; pero en el camino, haremos más que aprender a escribir correctamente, estamos apostándole a nuestra palabra, a nuestro ejercicio cotidiano de creación estamos apos- tándole a nuestro lenguaje las palabras con las que nos reconocemos las 64 sesiones están divididas en grupos de 8 y en la sesión 32 cada quien entrega un proyecto de trabajo propio, la intención es que al fi- nal del recorrido ya haya u obra publicada o en proceso de serlo, para lo cual también trabajaremos, se trata, de nuevo, de hacer grupos, se trata de hacer equipos, las sesiones duran entre dos y tres horas y el lugar de reunión será una torre en el norte de la ciudad desde la que se puede contemplar el atardecer y el refrigerador es lugar común si tú estás leyendo esto, eso quiere decir entonces que estás cerca... requisitos: puntualidad carta de presentación para todos los integrantes (10 copias impresas) algo para la casa que nos recibirá (flores, pan, comida, agua, dulces, una ofrenda de viajero agradecido) disposición para trabajar en equipo “Vamos a hacer una cruzada por lo que hay de superior en el hombre. Vamos a conquistar, a fuerza de brazo si hace falta, el respeto por las alas.” Alfonso Reyes

viernes, 3 de abril de 2009

Primera carta de navegación

es la madrugada del tercer día del cuarto mes en el año dos mil y cero nueve
sobre el viento cabalga diminuto el océano: hace calor y sopla


“Vamos a hacer una cruzada por lo que hay de superior en el hombre,
vamos a conquistar, a fuerza de brazo si hace falta, el respeto por las alas”
Alfonso Reyes

A todos, a cada uno:

La mano que sobre esta página anda se pierde en los rincones y en las sombras de las cosas que mira. Ante la espesa marca de la lengua amarilla del sol, la mano dibuja trazos que hacen figuras y formas, en esas formas se descubre la palabra feroz de la tormenta. Miren cómo se ciernen sobre su lomo los gatos y las panteras, en estas letras que miran o escuchan, algunas marcas como flechas apuntan las espaldas que pronuncia esta respiración. Esta vez he comenzado a escribir una carta en la que todos, cada uno de ustedes me acompaña de un lado a otro de la página. Yo agradezco esa compañía como se agradece el vaso que se acerca a la sed debajo de la huella del desierto. El viaje que comienza con la letra que arde inunda las ventanas de ciudades enteras. La mía, mi pequeña ciudad de casas diminutas ha mirado pasar por sus calles los pasos de viajeros que han venido de lejos, mensajeros, compañeros del mar. El jardín que se abre en el centro de la pequeña ciudad los ha visto charlar con aves y relámpagos. Levantar bastones de palabras enteras. Beber malecones y olas. Los ha oído bordar relojes en algún lugar del mundo. Jugar con mariposas. Añorar flamencos y tablaos. Alzarse de entre los dedos de la muerte. Los ha oído reír. Cruzar océanos. Abrir los ojos cara al sol. Sostener en sus manos plumas gigantes mientras el fuego consume lo que una memoria triste escribió. Los ha visto en la música, esa misteriosa forma del tiempo. Ha escrito tanto tiempo tantas veces tantas letras de nombres indescifrables que poco a poco comienzan a tomar forma. Invención y milagro, cultivadores del vértigo. Escribo esta carta desde la cubierta vacía del barco que habitamos esta tarde. Su dirección apunta a este vuelo en conjunto. Su ceremonia próxima a nuestra voz de vapor. Se levantarán a nosotros grandes olas tremendas, las grandes potestades de los mares, habrán de rebatir nuestra marcha, turbas, deidades marinas, incendios líquidos levantarán su osadía, todos agua con sal. El barco que zarpa, no es un barco común. Sus tripulantes hablan, sus palabras se levantan de la tierra y cuando mueren, son semillas que caen, centros amados donde el paraíso escribe su canción cada mañana. Y estas cosas las sé porque las veo. He ahí mi única gloria. Mi gran gloria gigante. Escribo esta carta porque no puedo no dejar constancia de esto. Porque no hay nada más grande para un hombre que ha viajado sobre hombros de gigantes y que toma café con ángeles y capitanes, que poder dejar constancia de lo que le es dado ver y abrazar. El hombre que esta carta escribe es un hombre afortunado al que le toca en esta ocasión acompañar el viaje tripulante. Es la historia de uno que a esa compañía se entrega gustoso. He de cantar mientras limpio la cubierta. Para todos ustedes esta pequeña carta que los quiere abrazar. Para todos ustedes mi compromiso de mantener el barco en condiciones. Por el vértigo que cultivamos. Por la posibilidad de escuchar nuestro lenguaje. Por la libertad como un arte practicado. Por la consagración del testimonio que podamos dar del mundo. Por la marca que es nuestra letra y nuestra palabra. Por las palabras que arrojamos cual semillas. Por los árboles que de esas voces nacen. Por las infinitas batallas que hemos librado y libraremos juntos. Por las que faltan. Por las que han de venir. Por la llama que en la almena de la ciudad vecina nos llama a la batalla y al incendio. Porque esa llama encienda entre nosotros y se fije y nos dé la ruta de la constelación apropiada. Por la flor en su mano. Por la mano. Por la calma tremenda y su fertilidad. Por los jardines de todos. Por sus barcos. Por sus palabras. Por sus letras. Por lo que de humano existe entre nosotros con la forma de la maravilla y nos permite establecer este discurso lleno de invitación y fuerza. Por la cruzada. Por lo que hay de superior en el hombre. Por el respeto por las alas. Por nuestro lenguaje, amigos. Por nuestro lenguaje posible.



G

viernes, 27 de febrero de 2009

jueves, 12 de febrero de 2009

64 días 64 viajes

El lenguaje de la posibilidad


Taller

de

Creación Literaria



impartido por


Gustavo Enrique Orozco


64 días, 64 viajes





No. Este taller no da reconocimientos oficiales. No tiene valor curricular. No ha sido aprobado por la SHCP. No daña la capa de ozono. No obliga a leer a Svindüren Reihcctij en su idioma original. No debe mantenerse alejado de los niños. No es caro. No abusen. No revalida materias. No es reconocido por el gobierno. No da comezón. No pide propina. No cae del cielo. No abarca el mar entero. No estalla. No grita. No conduce. No mancha. No peina. No se quita. No induce. No ahorra. No abandona. No pasa de largo. No se frena. No corta el cordón. No lo desata. No cambia el lugar de nacimiento. No alberga ninguna esperanza: nace de ella.
En este taller todo es posible.





Vamos a hacer una cruzada por lo que hay de superior en el hombre. Vamos a conquistar, a fuerza de brazo si hace falta, el respeto por las alas.

Alfonso Reyes